A lo largo del otoño y el invierno El Niño irá desarrollándose gradualmente, pero no causará efectos sensibles hasta la llegada de la primavera. Así lo indicó un informe sobre perspectivas climática para el año, elaborado por la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.

El reciente panorama climático de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires anticipó que el otoño-invierno estará controlado por el antagonismo entre la circulación cálida y húmeda, producida por el calentamiento del Atlántico, y la circulación fría y seca, generada por la activación de los vientos polares.

Como consecuencia, las precipitaciones serán bastante erráticas en su distribución temporal y geográfica, concentrándose fuertemente sobre dos sistemas principales: Una diagonal que irá desde Bolivia, atravesando el noreste de la Argentina, hasta el sur del Brasil, donde se observará el riesgo de aguaceros torrenciales, granizo y vientos; El sur y centro de Chile y la Cordillera sur y central.

El informe diferenció además que en el resto del área agrícola, las precipitaciones serán algo inferiores a lo normal en sus valores acumulados, y extremadamente erráticas.

Al llegar la primavera 2015, comenzarán a sentirse los efectos de El Niño, cuya influencia impondrá rápidamente la circulación tropical, generando condiciones cálidas y húmedas aunque, a diferencia de lo observado durante la temporada anterior, se experimentará el riesgo de heladas tardías.

El régimen térmico mostrará fuertes oscilaciones, alternándose prolongados lapsos muy calurosos y secos, que se alternarán con rachas de tormentas intensas, con granizo, vientos y aguaceros torrenciales, que provocarán el riesgo de desbordes de ríos y arroyos y anegamiento de zonas bajas.

“Es probable que el verano 2016 observe un comportamiento similar, pero aún más acentuado, debido a los efectos de El Niño y a la persistencia del calentamiento del Atlántico subtropical sur”, continuó el informe. Debido a la compleja interacción de factores que dominan el clima sudamericano, debe esperarse una sucesión de escenarios contrapuestos, que se irán sucediendo a lo largo de la temporada.

“Las irregularidades exhibidas por el agroclima durante las últimas campañas agrícolas, tanto a nivel nacional como internacional, indican que no es prudente hacer cálculos exitistas, y que debe dejarse siempre un margen de seguridad en las proyecciones económicas y productivas que se realicen”, concluyó el informe.

Por: fyo.com