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Las consultoras creen que la inflación será del 1,5% en octubre y que luego subirá por el impacto de las tarifas

El alza en los valores de los servicios le agregarían 2 puntos porcentuales en noviembre y diciembre; calculan un 23% para todo 2017.

La inflación apunta a llegar al 1,5% en octubre y al 23% en el año, según las consultoras que miden la inflación en forma privada.

Los analistas creen que no hay que caer en el pánico por el número de septiembre del Indec, que llegó al 1,9%, pero que el Gobierno debe hacer un esfuerzo adicional en términos fiscales si quiere que la inflación caiga por debajo del 20% el año próximo.

Esto implica, afirman, moderar el ritmo de crecimiento del crédito al sector privado, que, si bien tiene un costado muy positivo para la reactivación, por el otro conspira contra el objetivo de frenar la inflación.

De todos modos, los economistas creen que noviembre y diciembre volverá a subir por los aumentos diferidos para después de las elecciones en las tarifas de gas y electricidad. Según el estudio Eco/GO, en noviembre la suba de tarifas le sumaría un punto al IPC y en diciembre, un 0,6%.

El director de Macroview, Pablo Goldín, dijo: “Acá no hay un cambio de régimen; lo más anecdótico es la suba de la ropa en septiembre; más importante sigue siendo el conflicto entre reactivación e inflación: si sube el consumo, suben los precios. Y el tercer factor es que el régimen es inflacionario tanto del lado fiscal como monetario”.

“El agujero fiscal es el de siempre y eso obliga al Banco Central a emitir más. Salvo por dos episodios disruptivos de devaluación en 2014 y 2016, la inflación no baja del 20% en los últimos 10 años. Solo estuvo en el 15% en 2009, cuando hubo una fuerte recesión”, explicó.

En este sentido, indicó que “el aumento del crédito es contradictorio: si sube al 35% anual, no es consistente con una tasa de inflación decreciente”. Goldín dijo que la inflación de octubre posiblemente está más cerca del 1,5%.

Gabriel Zelpo, director de Elypsis, explicó que espera “un registro cercano al 1,5%, con riesgo al alza, a partir de un arrastre estadístico de 0,7% y subas programadas de Cigarrillos (4%) y Telefonía (4%), aunque con riesgo al alza de materializarse potenciales aumentos en prepagas (5%), naftas (10%) y gasoil (8%) luego de las elecciones; además el rubro indumentaria volvería a mostrar un fuerte aumento estacional”.

“Esperamos que la inflación mensual promedio se mantenga en torno a 1,4% para lo que resta del año, por lo que, dado el nuevo dato de septiembre, elevamos nuestra proyección de inflación a 23% para 2017”, aseguró.

En este sentido, indicó que “el aumento de las expectativas de inflación capturadas por el REM y la necesidad de alcanzar un registro de 1% para comenzar el año en un nivel de inflación consistente con el target 2018 anticipaban una extensión en el tiempo de la política monetaria contractiva del Banco Central. En este sentido, el nuevo dato de septiembre actúa en la misma dirección, incrementando la probabilidad de suba de tasas en lo que resta del año”.

Juan Luis Bour, economista jefe de FIEL, explicó que “hay mucha volatilidad mes a mes, en parte por las tarifas, en parte por los saltos cambiarios que algo pegan y porque hay mucha liquidez en el mercado que el Banco Central tiene que absorber y todo no lo puede absorber”.

“Y el crédito ha crecido en forma exponencial y eso significa más liquidez en el mercado; algún impacto debe tener, con los bancos públicos desarmando Lebacs para prestar plata a la gente”, indicó.

Bour dijo que es posible que la inflación de octubre sea del 1,4%. “Posiblemente sea el mes más bajo del último trimestre”, indicó, dado que en noviembre y diciembre habrá suba de las tarifas de los servicios públicos pendientes para después de las elecciones.

El director de la consultora Eco/GO, Federico Furiase dijo que “habrá una desaceleración de la inflación al 1,3% sin el ruido de estacionales, con la suba de las naftas pasando para noviembre y sólo impactando el aumento en gas; para el año proyectamos una inflación de 22,8%, en línea con un Banco Central que no tendrá espacio para relajar el sesgo contractivo de las tasas si quiere anclar las expectativas hacia la zona del uno por ciento mensual para bajar la inercia frene a las paritarias”.

Además, el contexto contiene “la suba de tarifas pendiente, la recuperación dando margen para trasladar a precios la suba de costos , bancos desarmando Lebacs para fondear crédito y el déficit fiscal cebando los agregados monetarios por el financiamiento directo y la compra de dólares al Tesoro”.

Lorenzo Sigaut Gravina, economista jefe de Ecolatina, dijo que “el dato de octubre debería ser más tranquilo luego del cimbronazo de septiembre; octubre dará 1,5% y será más tranquilo que noviembre y diciembre, por la suba de tarifas; así que el año cerrará en el 23% a nivel nacional y del 24% en el Gran Buenos Aires”.

“Para 2018 lo importante es corregir la meta; lo importante es el sendero y el año posiblemente baje 5 puntos respecto de este año”, agregó.

En este sentido, el banco Itaú dijo que “el Banco Central enfrenta desafíos significativos para reducir la inflación, en particular en la inflación núcleo, lo que puede llevar a una política monetaria más dura”.

“La autoridad monetaria busca reducir la inflación a un promedio del 1% en el último trimestre, un nivel que es consistente según el Banco Central con el target de 2018 del 8% al 12%. Creemos que un ancla inflacionaria es crítica para las expectativas, en particular por las futuras negociaciones salariales. Esperamos una inflación del 22% este año y del 16% el año próximo, otra vez, por encima del objetivo del Banco Central”, indicó el banco brasileño.

Y si bien los economistas creen que es importante que la inflación esté bajando, aseguran que no es positivo que todos los años el Central se fije una meta y luego la incumpla. Desde el mercado, el analista jefe de riesgo soberano de Moody’s, Gabriel Torres, dijo que la clave no es que se llegue al número exacto de la meta, sino mantener la senda descendente de la inflación en el mediano plazo.

Fuente: La Nación