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¿SanCor está perdiendo o ganando tiempo?

Qué va a pasar con SanCor, y cuándo, son las preguntas que hace casi un año y medio se hace el sector lechero argentino.

Hace meses que anunciamos inminentes novedades, que aseguramos que el destino de la Cooperativa está definido, sin embargo pasan los días y los avances han sido menores a los esperados, un repaso de lo que ha sucedido desde abril hasta el año pasado hasta hoy nos enfrenta al dilema de cuánto tiempo tiene SanCor para seguir de esta forma.

Cuando comenzó a desatarse la crisis de SanCor lo primero que sucedió fue el cierre de cuatro plantas, Centeno, Moldes, Charlone y Brinkmann. Salvo esta última las otras tres ya tienen nuevos propietarios y recuperaron la producción.

Lo siguiente que sucedió fue la venta por 33 millones de dólares de la participación que la empresa sunchalense tenía en su sociedad con Arla, saliendo de esta forma del negocio de los sueros.

Hace pocas semanas otra Multinacional Mead Johnson anunció que rescindía el acuerdo de distribución para las leches maternizadas que tienen en sociedad ambas empresas. Por el momento SanCor sigue fabricando la leche BB líquida, no hay en el país muchas opciones para un reemplazo en ese sentido.

Lo otro que sucedió, además de la caída en los litros procesados, fue la fuerte reducción de la planta laboral, entre las ventas de unidades, y el retiro voluntario, la planta de personal se redujo casi un 50%.

Pero, y aquí está el punto inicial, SanCor continúa trabajando, pero con muchas variables artificiales, que plantean la duda sobre cuánto tiempo tiene por delante.

Hoy la Cooperativa no paga el aporte extraordinario a Atilra, tampoco los aportes regulares, ni las cargas sociales a Anses, ni muchos impuestos y servicios nacionales, provinciales y municipales. En muchos casos se cubren las intimaciones más urgentes, pero la deuda impositiva crece día a día, mientras las negociaciones parecen estancadas.

Se sabe que la propuesta original de Adecoagro no corre más, que el Fondo sí ofrece por menos plantas, sabemos también que hay por lo menos otras dos empresas del sector interesadas en otros activos, y que el gobierno está muy encima de estas negociaciones, pero lo que no sabemos es cuánta paciencia le queda a los negociadores.

Está ganando tiempo para mejorar esas ofertas, o puede que alguno de los oferentes se retire ante la dilación de la negociación, esa es la pregunta del millón.

Fuente: Damián Morais/ EDairyNews