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En septiembre el precio pagado a tamberos fue 37% menos que un año atrás

La devaluación promovida por el gobierno nacional generó una crisis de ingresos generalizada en el sector lácteo argentino, el cual se dedica fundamentalmente a abastecer al mercado interno y, por lo tanto, no está en condiciones de aprovechar las ventaja competitiva coyuntural producida por la depreciación del peso.

En septiembre pasado –según datos informados por la Secretaría de Agroindustria– el precio pagado por la leche en la provincia de Santa Fe, donde se localizan la mayor parte de las industrias exportadoras, fue de 8.02 $/litro, mientras que en Buenos Aires, Córdoba y Entre Ríos se ubicó en 8.00, 7.82 y 7.68 $/litro respectivamente.

La cuestión es que el promedio ponderado nacional el mes pasado fue de 7.92 $/litro. Tal cifra, considerando el tipo de cambio de referencia promedio BCRA, equivale a 0.205 u$s/litro versus 0.231 u$s/litro en agosto de este año y 0.327 u$s/litro en septiembre de 2017. Es decir: el precio, medido en dólares, cayó un 37% en el último año.

Un reciente estudio elaborado por CREA indica que el 69% del costo total promedio de un tambo de intensificación intermedia se encuentra asociado a insumos dolarizados (incluyendo en el cálculo a la recría y crianza).

La capacidad de pago de la exportación, si bien es actualmente superior a la de las usinas con operaciones concentradas en el mercado local, se encuentra además limitada por los bajos precios internacionales de la leche en polvo entera (que se encuentra en un valor promedio de apenas 3000 u$s/tonelada).

En la Argentina –a diferencia de lo que ocurre en Uruguay– la proporción de leche destinada a la exportación representa una proporción minoritaria del total de la leche comercializada. Y las industrias lácteas están registrando muchas dificultades para trasladar aumentos de costos a los consumidores argentinos. En julio y agosto pasado la inflación de la “canasta láctea” se ubicó diez puntos por debajo del promedio general de alimentos.

Además, la industria no tiene, en la actual coyuntura, mayores inconvenientes en conseguir leche a partir de la retirada de SanCor del mercado (que, luego de que el acuerdo con Adecoagro se diera de baja de facto, está buscando nuevos interesados para vender distintos activos y conservar algunas unidades industriales y la marca de ciertos productos). La práctica del “clearing lechero” podría estar potenciando esa tendencia.

No existe además faltante de materia prima en el mercado local, cuyo consumo interno, luego de la megadevaluación, muestra un proceso de enfriamiento a causa de la pauperización social. En los primeros ocho meses del año, según los últimos datos oficiales publicados, la producción argentina de leche fue de 6687 millones de litros versus 6286 y 6486 millones logrados en el mismo período de 2017 y 2016 respectivamente.

Las grandes industrias lácteas dejaron de tener rentabilidad a partir del pasado mes de julio, mientras que, en el caso de las Pymes, crecieron las pérdidas que vienen registrando en el último año, según un informe realizado por el Instituto Argentino de Profesores Universitarios de Costos (Iapuco) en conjunto con el INTA.

Fuente: Valor Soja