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Trigo: luces amarillas para el precio por medidas de Brasil

La Cámara de Comercio Exterior (Camex) de Brasil dispuso una cuota adicional de trigo libre del 10 por ciento de arancel extra-Mercosur.

Esta semana se han conocido algunas ideas y medidas concretas que Brasil, principal cliente internacional del trigo argentino, tiene pensado implementar para depender cada vez menos del cereal producido en nuestro país.

Una de las iniciativas planteadas por el presidente brasileño Jair Bolsonaro es que en la región de Mapito (se llama así porque abarca los estados de Maranhao, Piauí y Tocantins, ubicados en el nordeste de Bahía) podría desarrollarse y expandir la superficie y producción de trigo brasileño.

Al parecer, nadie le explicó a Bolsonaro que esa zona es de clima tropical, de elevadas temperaturas y semiárida, donde el trigo es muy difícil que se pueda producir.

Además, allí están localizados los principales puertos en los que se reciben los embarques de trigo provenientes de Estados Unidos y de Rusia.

Históricamente, la Argentina abasteció de trigo a Brasil a través de los puertos localizados en los estados del sur del vecino país, en las estaciones de Santos y de Paranaguá, y esto permanece así hoy en día.

Aranceles

Aunque suene sorprendente, el precio del flete marítimo desde los puertos del Golfo y del Mar Negro hasta el nordeste brasileño, es mucho más ventajoso que el valor que se paga partiendo desde las terminales del Río Paraná.

De todos modos, el otro tema mucho más concreto y más grave para el mercado de trigo argentino es la aprobación por parte de la Cámara de Comercio Exterior (Camex), que depende del Ministerio de Economía de Brasil, de una cuota adicional de 450.000 toneladas de trigo libre del 10 por ciento de arancel extra-Mercosur.

La medida regirá a partir del 1° de julio hasta el 17 de noviembre, y podría tener un efecto bajista sobre el precio del trigo en el mercado doméstico argentino.

Esta cuota se adiciona a las 750.000 toneladas que ya han gozado de este beneficio arancelario, de las cuales se han cumplido 480.000 toneladas.

En su mayoría, se trata de trigo importado desde Estados Unidos y Rusia.

De estos datos se desprende la estrategia de Bolsonaro se sustenta en un interés político y estratégico, más que económico.

La medida no perjudica a la economía del Brasil, favorece en forma directa a su industria molinera al tener más oferentes, con trigos de distinto orígenes, precios y calidades.

Pero el principal beneficio es el financiamiento internacional que obtienen los molinos brasileños a tasas y plazos muchos más ventajosos que los que obtienen de los exportadores argentinos, sujetos a normativas perjudiciales del Gobierno.

Presión bajista

Hasta el momento, el trigo disponible todavía no ha reflejado esta última medida, pues el mercado está más influenciado por la demanda de los molinos locales.

Conforme avance el calendario y los molinos de Brasil incrementen sus compras de trigo ruso y americano, es probable que comience a sentirse la presión bajista sobre el mercado disponible.

Esta semana, el precio se mantuvo en 12.500 pesos la tonelada en la Bolsa de Comercio de Rosario.

 

Por Pablo Adreani