Autoridades del gobierno comunal se hicieron eco de la celebración por un nuevo aniversario de su fundación.

La tradicional institución educativa del departamento Las Colonias cumplió el pasado domingo 54 años de vida. Es por ello que autoridades del gobierno comunal se hicieron eco de la celebración por un nuevo aniversario de su fundación.

“Hoy, en este día tan especial para la institución, hay una comunidad que te saluda y sobre todo te agradece por haber forjado a tantas generaciones de jóvenes que se transformaron en mujeres y hombres de bien. Nuestro sincero saludo a todo su personal, alumnos, colaboradores, a todos aquellos que pasaron por sus aulas y sobre todo a quienes que ya no están físicamente pero que de alguna forma u otra, hicieron la grandeza de esta escuela que tiene un sello de sacrificio, trabajo, humildad y calidad educativa. Siempre encontrarán el apoyo de la Comuna en cada proyecto para seguir creciendo. Un brindis por el pasado, por el presente y sobre todo por el futuro”, expresó el comunicado emitido en las redes sociales de la comuna.

Surgida en el año 1967 por la necesidad de ofrecer, a los jóvenes, una continuidad educativa en la localidad evitando, así, los traslados cada vez más costosos y el desarraigo, la comunidad de Providencia celebró el 54° Aniversario de la EESOPI N° 8181, pero en estos tiempos de cuarentena de una forma diferente.

Los orígenes

Esta idea encontró rápido asidero en la persona del sacerdote Miguel Ángel Cappelletti. Él, junto a un pujante grupo de personalidades del pueblo como Agustín Cerutti, Juan Carlos Dobler , José Chialvo y Juan Carlos Chiapero, Carlos Marinoni, Pfaffen, entre otros, realizó el pedido ante la SNEP (Superintendencia Nacional de la Enseñanza Privada) y el trece de junio de 1967 se aprobó la creación del Instituto Secundario Providencia. Este proceso contó con la anuencia de Monseñor Fasolino, por aquellas épocas, un verdadero fundador de escuelas parroquiales.

El Arzobispado cedió el predio para la concreción de la Escuela. Las primeras aulas fueron asentadas en barro. Muchos de los ladrillos utilizados fueron hechos y donados por la ladrillería del pueblo que, en aquel momento, pertenecía a Deinidé y Lionilque Demonte . El barro usado para asentarlos era “pisado por una burra que era de Lagger”, aunque otros dicen “un caballito”, recuerda Emma Dagatti , una gran colaboradora de la institución. Para equiparlas se emplearon pupitres de buena madera, muy antiguos, pertenecientes a la escuela primaria parroquial. También algunos padres de las primeras promociones compraron el banco de sus hijos, otros los hicieron en forma artesanal.

Y un día el sueño se hizo realidad. El inicio de las actividades escolares se produjo el 13 de marzo de 1968. Ingresaron 32 alumnos, 17 varones y 15 mujeres. En el turno tarde, al principio, y por la mañana, después. El devenir del tiempo, el crecimiento de la localidad y su gravitación en la zona hicieron necesarias las ampliaciones de la infraestructura inicial.

Motor impulsor de estos cambios edilicios fue “La comisión de padres” de la que fuera una de las primeras presidentes la señora Lili Chialvo. Los sacrificios realizados por toda la comunidad para llevarlos a cabo fueron titánicos.

Su rol en la región

La institución fue adquiriendo renombre en la región por eso, desde 1968, concurrían alumnos desde localidades vecinas como María Luisa, Soutomayor, Santo Domingo y La Pelada. Con el contundente caudal de jóvenes, tomó fuerza la idea de brindarles una comodidad mayor para acceder al establecimiento, así fue como se decidió la compra de un colectivo. El primero se adquirió en 1973, un Bedford modelo 1964, colorado y negro. Seis colectivos, sucesivamente, prestaron sus servicios hasta el 22 de Octubre de 2008, cuando se vendió el último.

La vida cultural del colegio siempre fue muy intensa. Desde sus inicios, y también a lo largo de su vida, el instituto participó en diferentes encuentros y certámenes regionales, provinciales y nacionales situando a la localidad en los puestos más destacados de la esfera cultural.

Es reconocido por los festejos del “Día del estudiante y de la primavera”, denominada “Farándula Estudiantil, con el desfile tradicional de carrozas, show de fuegos artificiales, elección de la reina y el rey de la primavera. Esta comenzó a realizarse en 1985 como propuesta del, en aquel entonces director Hamet. Él había participado, en su adolescencia, en desfiles de carrozas en la ciudad de Santa Fe y tuvo la visionaria idea de replicar, en Providencia, esta forma creativa de expresión artística.

Los valores cristianos fueron siempre parte fundamental de nuestras fortalezas como comunidad educativa. Sabemos que acompañando a los jóvenes en el camino de su educación también estamos sembrando principios como la solidaridad y el respeto, necesarios para construir un proyecto de vida. Por eso, desde el colegio se promueve la participación en actividades solidarias, donde el encuentro con el otro se realice desde la empatía y el amor.