Expo Ganadera del Centro: la identidad de la carne argentina bajo la lupa

La consultora Paola Carreño analizó los desafíos para posicionar a la carne argentina como marca país. Señaló la necesidad de diversificar mercados, avanzar en certificaciones como la halal y lograr que los productores reciban más información sobre la calidad de su hacienda, alineando la oferta con la demanda global.
En la primera jornada de la Expo Ganadera del Centro, la consultora de la cadena de ganados y carnes Paola Carreño puso en agenda un tema estratégico: el desafío de posicionar a la carne argentina como marca país en los mercados internacionales.
“La marca país no es una certificación, es identidad. Argentina ya es reconocida en el mundo por su carne, pero tenemos que mostrar más de dónde provienen nuestros productos, cómo producimos y qué nos diferencia en calidad”, afirmó Carreño.
Mercados abiertos y mirada estratégica
Actualmente, Argentina tiene 89 mercados sanitariamente habilitados, aunque la mayor parte de las exportaciones se concentran en apenas cinco o seis destinos principales.
Carreño advirtió que esa concentración limita la capacidad de capturar valor: “Cuando un mercado como Hilton paga 20 dólares el kilo, la motivación es enorme. Pero si el precio baja y no desarrollamos otros destinos, nos quedamos sin herramientas para diferenciarnos. Necesitamos una estrategia comercial más diversificada y de largo plazo”.
La especialista también señaló la importancia de mirar a futuro y aprovechar oportunidades como el nuevo puerto en Marruecos, que funcionará como hub logístico entre África y Europa. Además, mencionó la necesidad de avanzar en la certificación halal, requisito clave para acceder a mercados de mayoría musulmana.
El productor y la demanda global
Carreño instó a los productores a prestar más atención a lo que ocurre en el mercado internacional.
“Hoy se demandan cortes grandes con buen marbling. Eso luego se traduce en exigencias para los frigoríficos y, en consecuencia, para el productor. Es fundamental conocer la calidad de los animales que estamos entregando”, explicó.
Un punto crítico, según reveló, es el desconocimiento de los sistemas de tipificación.
“Muchos productores venden un novillo al frigorífico y solo miran el rendimiento al gancho, pero no saben si su animal clasifica como A, B o C. Esa información es esencial para mejorar y responder a lo que pide el mercado”, advirtió.
Construir identidad, mirar al mundo
Para Carreño, el camino es claro: fortalecer la identidad de la carne argentina y alinear la producción con las demandas internacionales.
“Necesitamos trabajar sobre nuestra marca país, diversificar mercados y lograr que cada productor reciba retroalimentación sobre la calidad de su producción. Solo así podremos capturar mayor valor y sostener el prestigio que la carne argentina tiene en el mundo”, concluyó.