Juan Ignacio Alarcón obtuvo tres medallas de oro en el Campeonato Mundial de Gimnasia para personas con síndrome de Down. Un gran resultado fruto de años de práctica y perseverancia. Nacido en Brasil, pero de padres argentinos y criado en Esperanza, Alarcón se destaca claramente en su deporte a nivel internacional.

Y alcanzó la cima. Lo logró. Ayudado por un gran equipo y gracias a una perseverancia asombrosa, Juan Ignacio Alarcón logró ser campeón mundial en gimnasia artística masculina en la categoría de personas con síndrome de Down.

En Bochum (Alemania), logró tres medallas de oro en tres disciplinas distintas, demostró que está entre los mejores del planeta en su deporte. Juani consiguió el título en barra fija, en salto y en suelo.

Tras el viaje a tierras germánicas, Berrio habló con este medio sobre aquellos días. “Fue una experiencia muy linda. Pudimos ir a Inglaterra primero, entrenar en un gimnasio de allá. Nos atendieron muy bien. Pudimos hacer algunas correcciones en las series. Este es un nuevo reglamento que se empezó a hacer este año para este torneo. Se hizo bajo la reglamentación de la Federación Internacional de Gimnasia porque buscan que la gimnasia artística se incluya en los Juegos Paralímpicos porque ellos quedan fuera del sistema”.

Sábado regular, domingo espectacular

Berrio explicó el formato de la competencia: “El mundial consiste en dos torneos. Primero es el ‘all around’ que es la suma de los seis aparatos. Eso fue el sábado (7 de julio). Ahí quedó en cuarto lugar por 0,10 que es una falla mínima. Los seis mejores del sábado clasificaron para los aparatos del domingo. Juani clasificó en seis aparatos. Sacó medalla de oro en suelo, en salto y en barra fija. En paralelas y en anillas quedó sexto. Y quedó quinto en arzones”.

Allí, en Bochum, Alarcón cumplió 21 años el domingo 8. Se regaló a sí mismo esa gran actuación para ser tricampeón. “El sábado a la noche hablábamos con el papá de Juani porque Juani había hecho un torneo muy bueno y no entendíamos porque había logrado un cuarto puesto. El domingo se priorizó el esfuerzo que hizo Juani, su performance. Juani desafía cosas mucho más interesantes en lo acrobático. El sábado estaba muy ansioso. Eso lo llevó a cometer más errores. El domingo ya estaba más tranquilo”.

Berrio comentó además que Juan Ignacio participa activamente en los que son las olimpíadas especiales, para chicos que tienen una deficiencia mental. “Ya fue dos veces campeón nacional, pero es un sistema no tan competitivo. También participa de la selección de gimnasia de Santa Fe, pero él compite con los chicos convencionales. Él va un poco en desventaja. Eso nos ayuda para apuntar más alto”, aseguró.

Nada más arriba

Con estas medallas, alcanzó lo máximo a nivel deportivo a lo que puede aspirar. “Le queda seguir participando en estos mundiales. No llegó a su techo. Tiene muchas cosas por aprender todavía. Hay muchos ejercicios que ya los estamos preparando”, afirmó el entrenador.

Estos resultados no se consiguieron de la noche a la mañana. Detrás hubo años de esfuerzo, el acompañamiento de sus padres y un grupo que lo respaldó. “Juani es la figura principal. Yo lo guío, pero siempre hay un equipo atrás que es el Club Unión, de Esperanza que nos permite desarrollar esta actividad. La familia que hace 18 años que en forma ininterrumpida lleva a su hijo todos los días. Los profes que trabajan conmigo. El Club Atlético Franck también. Nosotros íbamos martes y jueves a entrenar allí”.

Por Hernán Álvarez