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Domingo Cenda, el esperancino más famoso

Vendía El Litoral cuando tenía 12 años, su hijo lo grabó y el video se viralizó a partir de la publicación del diario de la capital provincial. Sólo en nuestra web y redes tuvo más de 100.000 visualizaciones. Dice que no para de sacarse fotos y recibir llamados de todas partes.

 

“Mirá querido… Mi vida es mi familia, Colón y las bochas… Cuando tenía 16 años me fui a Buenos Aires sin plata. Estaba en Junín en una carrera de autos, me habían llevado los ‘tuercas’ de acá de Esperanza. Me fui a dedo a Buenos Aires a ver a Colón, me dejaron en Retiro, me subí ‘colado’ a un colectivo con hinchas de Boca para no perderme, llegué a la cancha y entré con la Santa Rosa de Lima.

Y después me hicieron un lugar para volver con ellos. Demoramos con 16 horas… Eran esos colectivos de 30 asientos pero éramos como 60… Boca tenía un cuadrazo y para nosotros jugaban los Cardozo, Orlando Medina… Esta es una de las tantas cosas que hice por Coloncito”. Domingo Cenda se enoja cuando se lo llama por el nombre. “No me digas ni Domingo ni Mingo, decime ‘Boliche’, todos me conocen por ‘Boliche”, cuenta este hombre cuyo video gritando el gol de Colón contra el San Pablo se viralizó a partir de la publicación que se hizo desde la web de El Litoral (superó ampliamente las 100.000 visualizaciones sólo en nuestra página y redes).

—Boliche, ¿usted no se dio cuenta de que lo estaban filmando?
—¡No querido!… Yo no entiendo de estas cosas. Cuando juega Colón, me siento solo con mi televisor y mi radio a ver el partido. No quiero que nadie me moleste. Mi hijo llegó 15 minutos antes del final. De casualidad que lo saludé. Y a los pocos minutos que estaba sentado enfrente mío, hizo el gol Fritzler… Fue increíble, porque él llegó ¡15 minutos antes que termine el partido!
—¿Así que usted repartió El Litoral en Esperanza?
—¡12 años tenía!… En ese momento, la terminal de Esperanza estaba en Aaron Castellanos y Moreno, y enfrente estaba González. Ahí llegaba el rastrojero del diario, que seguía para Rafaela e iba tirando los diarios en todos los pueblos. Nosotros acomodábamos los diarios y salíamos a repartir. Las calles eran de tierra en Esperanza, salvo las del centro. Y yo no tenía ni bicicleta. En el invierno, el Nene Tomé, que era mi amigo, le decía a la madre que se iba a jugar conmigo… ¡Mentira!… Se venía conmigo a repartir los diarios… ¡40 diarios por día repartía… Con 12 años!

—¿Mil anécdotas, no?
—Un día me chocaron con una bicicleta. Llovía torrencialmente, se me cayeron las monedas y salieron los vecinos a juntarme las monedas… Pensar que ahora no sale nadie o directamente te roban… Y una señora me daba naranja caliente en el invierno para que pudiera comerla. Muchas veces, era lo único que comía a la noche, porque mi familia era muy humilde.

—¿Usted nació en Esperanza?
—No, nací en Santa Fe. Pero nosotros nos vinimos cuando era muy chico. Mi papá era lustrador de muebles, vivíamos atrás del Distrito, justo enfrente de un matadero. Nos regalaban el hígado, el mondongo y todo lo que sobraba de las vacas.

—¿Cuál fue el mejor jugador que vio en Colón?
—¡Cococho Alvarez…! El mejor equipo que yo ví fue el que armó el Vasco Urriolabeitia trayendo jugadores de Estudiantes. Baley; Araoz, Villaverde, Trossero y Fernández; Cococho, Zimmermann y Carlitos López; Coscia, Saldaño y Brítez. Me acuerdo un partido que River nos ganó River, en el 75 o 76. La cancha estaba a reventar, rebalsaba. Nos ganaron 3 a 2 y Luque nos hizo un gol, creo que sobre la hora. Jugaban Fillol; Saporiti, Lonardi, Passarella y Héctor López; Jota Jota López, Merlo y Alonso; Pedro González, Luque y Ortiz. Fue un partidazo y la cancha estaba a reventar.

—¿Así que se hizo famoso por el video?
—Al otro día del partido, llego al comedor del club Aaron Castellanos, donde trabajo hace 38 años. Era el viernes a eso de las 11 de la mañana. El huevero les llevó los huevos temprano y les mostró el video que había publicado El Litoral. ¡Me aplaudían mis compañeros!. Y ahí empezó a llegar la gente y todos me saludaban, me pedían fotos. Yo no entendía nada… Vos calculá m’hijo que yo no entiendo nada de las redes sociales, pero después de ese viernes entendí lo que eran las redes sociales. Me paraban en todos lados para saludarme y para pedirme fotos… Me llamaban de todas partes…

—Así que a los 16 años se escapó a dedo a Buenos Aires para verlo a Colón…
—¡Las cosas que hice por mi coloncito querido…! Una vez caminé solo desde la cancha de Colón hasta la curva Roces. Te cuento cómo fue: no tenía un mango. Hice dedo para ir a la cancha. Antes, de 10 autos, 5 paraban si hacías dedo, pero ahora no te para nadie… ¡Como cambiaron los tiempos…! Me fui seco de Esperanza a Santa Fe. Me dejaron en la cancha de Unión y cuando iba caminando por avenida Freyre, un “vago” en bici me levantó y me llevó en el caño hasta la cancha. Me colé en la cancha porque no tenía plata, y a la vuelta, me fui caminando hasta la estación de servicio de la curva Roces. Y ahí pasó un camión y el tipo me preguntó cómo tenía que hacer para llegar a Rafaela, así que aproveché, me subí y me hice bajar en Esperanza. Así que de Esperanza a Santa Fe a ver a Colón sin un mango en el bolsillo.

—¿Sigue yendo a la cancha?
—¡Por supuesto, a todos los partidos! Tengo platea en la este… Antes del partido me voy a lo de Ovidio, que vive enfrente de la tribuna este… Es famoso Ovidio… Tiene un kiosco y nos metemos 40 o 50 “vagos” a tomar cerveza antes de ir al partido.

—¿Por qué le dicen “Boliche”?
—Lo heredé de mi viejo… A él le decían “Boliche”… Se nota que era bolichero el viejo (risas). El sobrenombre era de él y me lo trasladó.

—¿Se reedita el jueves el Cementerio de los Elefantes?
—¡Lo que sería…! Mirá querido, yo no estuve el día del triunfo con el Santos porque era un pibe, tenía 11 años. Yo nací en el 53 y ese día no fui a la cancha, pero no me olvido el día que le ganamos a Racing, al equipo que salió campeón del mundo… Ojalá le ganemos al San Pablo, sería espectacular…

Por Enrique Cruz (H)