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María Rosa Pfeiffer: “Los espacios vacíos son los que generan nuevas historias”

La actriz y dramaturga de Humboldt estimó que la actual sensación de incertidumbre puede dejar marcas. “Me parece que nuestra actividad, que es tan de cuerpo presente y tan viva, va a tener grandes vacíos”. Pero confió en que esa situación puede abrir paso a la reflexión y la generación de cosas nuevas y diferentes.

La voz proviene del parlante de un teléfono, pero se la siente cercana y serena. Es que, para reflexionar sobre la pandemia y sus efectos en la actividad teatral, la dramaturga y actriz María Rosa Pfeiffer elige términos cargados del mismo poder metafórico y la belleza que las obras nacidas de su pluma. O de aquellas otras a las que le puso el cuerpo. En los más de 25 minutos que dura la charla trae a colación autores, cita notas periodísticas y ensayos que leyó en estos días y menciona charlas con los colegas, con quienes nunca perdió el contacto. Pero une todo eso con un cúmulo de sensaciones particulares que tiñeron sus semanas desde que el avance del coronavirus por estas latitudes se tradujo en cuarentena preventiva y en la imposibilidad de reunirse, aspecto central para poder ejercer el teatro.

“Mi actividad teatral pasa mucho por la escritura. Eso hizo que al comienzo del aislamiento no me sintiera tan extraña. De hecho, empecé a armar un taller de escritura teatral on line. Pero cuando fue pasando el tiempo, me di cuenta que no me podía concentrar para leer”, contó. Al respecto, la Colectiva de Autoras de la cual forma parte y que actualmente reúne a más de 300 mujeres de todo el país, fue “una fuente de información y evaluación de distintas opiniones”. Eso le permitió acceder, por ejemplo, una carta del autor, director de escena y director e investigador teatral Eugenio Barba. “Ahí señala que el tiempo del arte es, en parte, un tiempo de reflexión, de quedarse en silencio. Un tiempo no se toman los teatros oficiales, en la vorágine de las producciones oficiales o comerciales. Entonces, él habla de la cultura del teatro de los grupos, con la cual me siento más identificada”,

—En el caso del teatro, toda esta situación tiene influencia. Incluso, el teatro que venga después de la pandemia va ser distinto. Van a quedar huellas.

—Sin dudas. Creo que el distanciamiento social va a influir. Supongamos que todo vuelve a la “normalidad”. Se ha sembrado mucho pánico en la gente. Yo no tengo miedo al contacto con el otro, pero mucha gente ha internalizado esta especie de miedo del acercamiento, a la aproximación al otro. Eso me parece grave. Coincido en que tal vez se llegue a otras formas. Charlaba con un colega y nos preguntábamos: ¿Qué haremos? ¿Monólogos? ¿Estaremos distanciados y no nos tocaremos? ¿La gente se sentará a un metro y medio de distancia y tendremos poco público? Me parece que nuestra actividad, que es tan de cuerpo presente, tan viva, va a tener grandes vacíos. Hasta que se recuperen algunas cosas. La incertidumbre es muy grande, pero a la vez no quiero perder la fe, la alegría y dejarme ganar por pensamientos oscuros.

Despojarse

—Otra mirada posible es que después de este tiempo de “abstinencia”, va a venir un tiempo de revancha. 

—Internamente, elijo creer en que todo puede llegar a ser un poco mejor. Que se pueden recuperar cosas. Esto que te decía que me parece tan bueno de la reflexión. Volver al teatro de grupo. Otra cosa que me planteaba es hasta donde uno hace las cosas por ego. ¿Qué son el éxito, la fama y el reconocimiento? ¿Qué es lo que uno hace realmente con una pasión auténtica que va más allá del ego? ¿Cómo me comunico con el otro desde la amorosidad, el abrazo, la ternura, la sororidad? Me acordé de algo que escribí hace veinte años, donde daba importancia a los espacios vacíos. Este es un espacio vacío y a veces los espacios vacíos son los que generan nuevas historias. Cuando podemos despojarnos de muchas cosas, necesitamos ese vacío para que aparezcan cosas diferentes. Vivimos atiborrados de información y acciones. Cómo una carrera donde todo el mundo está detrás del producto. Y esto, de alguna forma, nos hace volver más reflexivos.

Vivencias

—¿Creés que esta situación de aislamiento puede influir después en las cuestiones temáticas vinculadas con el teatro?

—Todo aquello que es vivencial para los artistas, antes o después termina apareciendo en una obra. Yo, personalmente, no creo mucho en la escritura del ahora, actual. En mi caso particular, necesito un tiempo de elaboración. Es como que se produce un compost y las cosas van saliendo más adelante. Generalmente me pasa eso. Se que hay gente que es como que necesita “vomitar” lo que le pasa en el momento, y es válido. Pero mis procesos son diferentes. Yo puedo verlo cuando pasa el tiempo y puedo echar una mirada sin perder la memoria emotiva. Eso me permite una mirada más distanciada y reflexiva. Un punto de vista que me sacó de mí, pero me tiene a mi adentro.

—También habrá muchas obras que se van a resignificar cuando se vuelvan a presentar ante el público.

—Creo que sí. Mi incertidumbre me lleva a creer eso.

 

Por Juan Ignacio Novak