Esta fecha tan especial fue propicia para destacar las políticas sustentables que el distrito franckino viene impulsando desde hace más de 15 años. Se destacan la planta de tratamiento de residuos Fima, que dispone de los desechos sólidos urbanos e industriales. También existe el Vivero Comunal, cuya producción se utiliza para todo el distrito.

El pasado viernes 5 de junio se conmemoró el Día Mundial del Medio Ambiente. Siempre esta fecha es ideal para dar a conocer cómo trabajan las distintas localidades de la provincia de Santa Fe en el cuidado de su entorno y el resguardo de su población, atendiendo cuestiones vinculadas principalmente a la basura y sus categorías, la polución, contaminación de ríos y espejos de agua de menores dimensiones, entre otros aspectos. Un pueblo que desde hace tiempo se destaca por la empatía que comparte con su ambiente es Franck, que desde hace más de 15 años desarrolla una política sustentable centrada principalmente en la gestión integral de residuos sólidos urbanos e industriales.

El disparador fue en 2001, cuando se comenzó con una prueba piloto con 200 vecinos para la separación en origen, popularmente conocida como “domiciliaria”, es decir la realizada en nuestra casa. Todo marchó viento en popa, por lo que el acompañamiento de la población planteó mayores exigencias. Es por eso que en el año 2007 se creó Franck Incorpora Mejoras Ambientales (Fima), una de las plantas de tratamiento de residuos más avanzada de la región, lo que colocó a Franck a la vanguardia en la protección del medio ambiente. Sin lugar a dudas, la constitución de este espacio caracterizado por contar con la tecnología necesaria para la separación y compactación de diversos materiales para su posterior comercialización, ha provocado un cambio de paradigma en el pueblo.

Gracias a los vecinos

Desde la Comuna local consideran que para que la iniciativa tome vuelo y se sostenga en el tiempo, la participación de la ciudadanía ha sido esencial, ya que hoy son los propios vecinos los que realizan una responsable separación domiciliaria de los residuos. Esta consciencia social resultó clave y facilitó el proceso. En cuanto al trabajo integral que se ejecuta en Fima, los protagonistas son los residuos húmedos y secos, puesto que son los que atraviesan las distintas etapas del reciclado. Los primeros (no recuperables) tienen como destino el Relleno Sanitario, que cumple con las exigencias establecidas por la Ley Provincial Nº 13.055. En tanto, los segundo (recuperables) son separados, compactados y comercializados para su reciclaje. Por su parte, los residuos verdes son utilizados para la realización de compost.

Pero el trabajo de Fima no se limitó a sólo lo anteriormente descripto, sino que fue por más. En el año 2017 se sumaron los residuos industriales no peligrosos, que también son tratados en la planta. Esto posibilitó extender a las empresas los certificados correspondientes de disposión final de los residuos, documentación valiosa a la hora de cumplimentar los requisitos para la exportación de sus productos, entre otras cuestiones.

En Franck Incorpora Mejoras Ambientales (Fima) se procesan por semana 50 toneladas de residuos húmedos, 53 de secos y 140 de verdes. El Relleno Sanitario del lugar tiene una vida útil de unos 50 años.

Más actividades

En materia medioambiental Franck también cuenta con el Vivero Comunal “Los Ceibos”, que comenzó a funcionar el 4 de agosto de 2006, aunque su inauguración oficial fue el 18 de agosto de 2007. Allí se producen plantines florales de otoño – invierno y primavera – verano, como así también arbustos. Todo se utiliza en los distintos espacios verdes de la localidad como plazas, paseos y ciclovías. Además se donan estos elementos a instituciones, clubes y escuelas. A su vez se producen especies arbóreas que se disponen para el arbolado público y la zona rural (los otorgan a productores de la zona). Entre las distintas actividades que se realizan en el vivero, sobresalen la siembra, trasplante, riego, fertilización, control de insectos y enfermedades, desmalezado, tutorado y poda.

Por Luis Amsler