Inicio

Sarmiento: Garanzini Mediola, y el sueño cumplido de contar la historia familiar

“Sangre vasca” es el primer libro de María Isabel Garanzini Mediola, quien vive en esa localidad del departamento Las Colonias. Bajo el formato de crónica y en base a relatos orales, reconstruye la llegada de sus antepasados desde La Arboleda, un pequeño pueblo del País Vasco.

María Isabel Garanzini Mendiola vive en Sarmiento, departamento Las Colonias. Apasionada desde su temprana infancia por la lectura y la escritura, se dedicó a la docencia hasta que se jubiló, en el año 2020. Chabel, como la conocen en su pueblo, siempre llevó en su interior el deseo de plasmar por escrito las vivencias de su abuela materna, que llegó a la Argentina desde España tras padecer numerosas penurias. El contexto de la pandemia avivó esta inquietud y finalmente concibió “Sangre vasca”, su primer libro, que fue publicado hace pocos días por Homo Sapiens. “No soy escritora, pero me movieron mis emociones familiares”, cuenta.

En una localidad caracterizada sobre todo por la presencia de inmigrantes de otros puntos de Europa, el apellido Mendiola que trajo y usó con orgullo la abuela de Chabel, es una rara avis. Sin embargo la repercusión que tuvo el libro en estos primeros días fue, en palabras de la autora, “admirable”. “Todos querían a mi mamá, que también fue docente y educó a muchas generaciones. Y, más o menos, conocían la historia de mi abuela y sabían que llegó viuda desde España junto con sus hijos”, explica Garanzini.

Una historia para ser contada

Tal como señala la contratapa del libro, darle al pasado un lugar relevante en la vida presente implica aceptar que ese pasado es “nuestra agenda”. Y, desde ese punto de vista, una brújula imprescindible para el porvenir. La historia que narra la autora sarmientina arranca en un pequeño pueblito del País Vasco, desde donde emigró su abuela, viuda y con tres hijos, para buscar un futuro mejor en Argentina. Antes de eso, habían sufrido los coletazos de la Guerra Civil, la Segunda Guerra Mundial y los primeros años del régimen franquista, que les quitó “su amado idioma y sus costumbres”.

“Vinieron al país, se radicaron en el centro de la provincia de Santa Fe, pero se pasaron toda la vida hablando de su querida España, a pesar de todo lo que les pasó”, cuenta Chabel. Quien desde sus niñez incorporó esas crónicas de vida de la misma forma que los cuentos infantiles. “Mi abuela vivió siempre con mi mamá, así que yo me crié con ella. Mi tía, que es la otra protagonista de la historia, fue y vino pero finalmente terminó con nosotras en Sarmiento y fue como una segunda mamá para mí. Ellas vivían hablando de España”, recuerda.

Mandato

El relato épico de los Mendiola quedó fuertemente grabado en todos lo que lo escucharon. En especial en Chabel, la única de la familia que asumió como un mandato la necesidad de reflejar todo eso en un texto, para evitar que se disperse con el tiempo en los laberintos del olvido. “Toda la vida sentí que tenía que contarlo, dejarlo por escrito, para reivindicar esas historias tan tristes que vivieron y que recién pudieron contar en Argentina, donde lograron realizarse”, explica.

Pero “Sangre vasca” va un poco más allá del mero testimonio: funciona como un homenaje para todos los inmigrantes que, en los siglos XIX y XX asumieron sus propias odiseas para buscar un futuro mejor en estas latitudes. “El libro va a ser un legado para mis hijos, nietos y sobrinos, que son los que me alentaron, junto con mi tío”, señala la autora.

Un viaje y una preparación

Antes de escribir el libro, para lograr que la traslación al papel de las narraciones de su mamá, su abuela y su tía pudieran ser lo más vívidas posible, Chabel se propuso ir a conocer el lugar donde habían vivido los Mendiola. Así, llegó hasta La Arboleda, un pueblito minero de la montaña que actualmente apenas supera los 500 habitantes y se ha convertido en un destino turístico, donde los visitantes llegan atraídos por los pintorescos paisajes y la gastronomía, en especial las alubias. “Cuando fui, realmente me emocioné, es más bello que lo que imaginaba. La casa de mi mamá estaba tal cual como me habían contado, como si hubiera quedado detenida en el tiempo”, rememora Chabel.

El paso siguiente, tras la jubilación, fue la búsqueda de herramientas para profundizar su relación con la palabra. Así, Chabel se preparó en un taller de literatura a distancia con la escritora, editora y docente Beatriz Actis, que le permitió luego poder construir “Sangre vasca”. Un relato lleno de amor y nostalgia, en el cual navega por la memoria de sus ancestros y que le permitió cumplir un sueño.

 

Por Juan Ignacio Novak