Campo

Lechería: Llueve sobre mojado

Si algo le faltaba a los tamberos santafesinos eran estas intensas precipitaciones. La entrada al invierno transcurrirá en las peores condiciones. Las gramíneas le devuelven esperanza a una agricultura más sustentable.

La tormenta perfecta de la lechería argentina incluía hasta la semana pasada las variables por todos conocidas: un precio tranqueras adentro que es la mitad del costo de producción; un sobrestock de mercadería difícil de colocar en el mercado externo; y el precio del maíz disparado.

El último ingrediente lo aportaron las últimas precipitaciones, las que condicionan severamente el otro insumo alimenticio: las pasturas. Los caminos rurales, verdaderos pantanos intransitables, dificultan todavía más la extracción de la producción.

Sobre la Ruta Provincial 1, el fenómeno también le pega duro al arroz, que en su última etapa de cosecha, refleja una campaña para el olvido, la que también fue marcada a fuego por los problemas agronómicos, climáticos y de mercado. Las fotos aéreas sobre Colonia Teresa nos recuerdan al año 1983, cuando las aguas del Paraná se enseñorearon de campos y ciudades por igual.

Más allá del mal momento, se dibujan señales que permiten ver la luz al final del túnel. En la semana, dos eventos realizados en distintos lugares de la provincia confirman las serias intenciones de volver a apostar por las gramíneas.

En Humboldt y Serodino, tanto una importante cooperativa como AAPRESID volvieron a convocar -capacitación mediante- a los productores y técnicos para analizar las estrategias sanitarias, financieras y agronómicas que permitan volver a implementar planteos de rotación de cultivos que incluyan trigo y maíz.

Muchos tamberos ya analizan alternativas agrícolas para cuando liquiden sus rodeos de forma definitiva. Se sabe que el invierno recibirá a los tambos santafesinos de la peor manera: sin reservas, con pocas pasturas y con el ánimo por el suelo. Ya no hay medidas que reviertan la grave crisis sectorial. El problema explotó, y como me dijo un tambero esta semana, “ahora solo resta esperar que baje el agua, y ver cómo recomponemos la situación”. Sobre llovido mojado, es verdad. Pero cada vez que llovió, también paró.

Por Federico Aguer