Campo

Sin debate

En pleno año electoral, la ausencia de debates sobre las propuestas de los candidatos acentúa la brecha entre los problemas cotidianos de los argentinos de a pie y la agenda de la política nacional.

Semanas atrás, el Ateneo de la Sociedad Rural de Santa Fe tuvo la idea de armar un debate entre los que entonces eran precandidatos a intendente de la ciudad. Si bien no participaron los candidatos oficialistas, la presencia de tres opositores (Degano, Frana y Fleitas), sirvió para poner sobre la mesa las propuestas concretas de cada uno en materia de seguridad, producción, salud y educación, entre otros temas.

Independientemente de alguna crítica a la jornada surgida desde algún sector a través de las redes sociales, se trató de un ejercicio ciudadano altamente saludable, que permitió poner a los políticos frente a las demandas de un auditorio que disparó preguntas concretas.

Envalentonados por la iniciativa, quisieron ir por más, con la idea de diagramar un debate con los candidatos a gobernador. No se pudo. Por distintos motivos, los candidatos prefirieron estar por separado en la entidad compartiendo sus proyectos sólo con los ruralistas, como ya hicieron Martínez y Del Sel.

A nivel nacional, los tres candidatos con más perspectivas de ocupar el sillón de Rivadavia a partir de diciembre tuvieron una pantomima de debate ante las cámaras de TV, en el debut del show televisivo de mayor audiencia nacional, que incluyó imitadores, bailes y el acompañamiento de sus mujeres en cámara. Confieso que no lo ví, aunque no pude escapar a sus repercusiones mediáticas, en las que -obviamente- poco se habló sobre la política como herramienta transformadora.

En Santa Fe fueron los chicos de campo quienes volvieron a instalar en agenda la necesidad de plantear proyectos concretos a los problemas concretos. De frente, cara a cara, como se hacía antes, y como todavía se hace tranqueras adentro.

Por: Federico Aguer