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Humboldt: exitosa misión solidaria al noroeste del país

Es el décimo año consecutivo que llevan donaciones a escuelas y hospitales de montaña. Se trata de una cruzada organizada por la Agrupación Coral Merceditas, de Humboldt. Un gesto de amor que conmueve.

La misión solidaria de la Agrupación Coral Merceditas de Humboldt cumplió una década, con la concreción de un nuevo viaje hacia la alta montaña de Salta donde llevaron donaciones para niños y adultos de las escuelas y hospitales de una casi impenetrable zona del país.

En esta oportunidad fueron 66 personas los miembros de la misión solidaria. Una diez familias en su mayoría oriundas de la localidad de Humboldt, a las que se sumaron de las localidades Frank y Santa Fe.
Todos ellos partieron en caravana a bordo de sus autos particulares el sábado 14 de julio rumbo al noroeste del país, acompañados por camiones cargados de mercaderías, electrodomésticos, ropa, abrigo, colchones, jueguetes y un sin fin de donaciones que llevaron para intentar hacerles la vida un poco más agradable a los conciudadanos que habitan la alta montaña salteña, en condiciones de vida muchas veces precarias.

Allí los esperaban los vecinos, con los brazos abiertos, en las escuelitas y los hospitales a donde llevaron cada una de las donaciones. Algunos de ellos ya los conocían y hasta entablaron una cariñosa relación de amistad con los misioneros solidarios, con quienes se reencuentran cada año desde hace ya una década.

Es que detrás de esta cruzada de amor no hay ningún sector político ni religioso. Es el altruismo el único motor que genera una movida cada año más grande y que, por ende, llega a más niños necesitados de un rincón argentino donde parece faltarlo casi todo.

Los misioneros de Humboldt pasaron una semana recorriendo cada pueblito y entregando las donaciones, para regresar a Santa Fe el sábado pasado. Y este martes a la siesta se juntaron, ya repuestos del cansancio, a compartir una chocolatada calentita e intercambiar sensaciones y recuerdos de algo que les reconforta el alma. La reunión fue en la casa de la principal organizadora de la misión, María Alejandra Cavallero, quien es la directora fundadora del coro.

Satisfacción plena

Cada año y al igual que muchos de los participantes, María Alejandra deja a un lado sus “nanas” físicas y emprende el viaje solidario.

“Esta vez pudimos completar la visita a todas las escuelas previstas”, dice satisfecha por el viaje. Y se queda en la oportunidad con el recuerdo de las últimas tres escuelitas visitadas en Piul, Cerro Negro y Tonco, “porque están muy alejadas de las comunidades y nos costó muchísimo llegar hasta allí, a paso de hombre por caminos muy sinuosos, en medio de la montaña. Y cuando llegamos nos esperaban con los brazos abiertos. Fue muy emotivo todo ello, como también lo fue en la escuelita en la que no sabían nada de la visita y sorprendimos a los 13 niños de 6 a 12 años que no podían creerlo al ver a tanta gente que llegó hasta allí sólo para verlos a ellos”.

La comuna de Humboldt se encuentra ubicada en el departamento Las Colonias. Allí residen poco más de 5 mil habitantes. Y varios de ellos ponen sus manos, su tiempo y dedicación para que la Misión Solidaria llegue a destino.

Además de cumplir una década viajando, la de este año fue la 12° misión solidaria del coro Merceditas. Llevaron gran cantidad de abrigo, colchones, frazadas y electrodomésticos indispensables, como calefones, heladeras y estufas, entre otros.

A más de mil kilómetros de Humboldt, en las 11 escuelitas de montaña salteñas unos 260 alumnos más sus familias recibieron el cariño y las donaciones. Ellos pasan toda la semana internados en el edificio escolar para aprender y recibir todo lo necesario para la vida. Los fines de semana viajan unas siete horas a pie por los senderos de piedras y cactus, atraviesan cerros y llegan a los valles donde los esperan sus padres dedicados a cultivar la tierra para cosechar porotos, ajíes y arvejas —entre otros—, en su humilde hogar. Y el lunes nuevamente a la escuela.

Un canto a la esperanza

En esta oportunidad, la misión hizo base en Cachi, desde donde llegaron por la montaña a las distintas escuelas de Payogasta y La Poma, entre otras zonas. También atravesarán el río Calchaquí para llegar hasta La Paya, Rancagua y Escalchi. Y las escuelas de Las Arcas, Buena Vista, Potreros, Cortaderas, Piul, Cerro Negro y Tonco. También llevaron hasta un hospital de montaña un termontanque, estufas, sillas de rueda y medicamentos.

“Sabemos que no les cambiamos la vida, pero les llevamos un poquito de dignidad, aunque ellos son felices con lo poco que tienen, eso también nos enseñan a nosotros”, reflexionó sobre el final de la conversación María Alejandra Cavallero.

Por Nicolás Loyarte