La feria cumplió dos años en esa localidad de Las Colonias y para celebrarlo se organizó una subasta de abasto e invernada que fue ajeno a “factor China”. Estuvo presente el presidente de la entidad Jorge Petetta.

Las instalaciones de remates feria de Agricultores Federados Argentinos (AFA) en Providencia, departamento Las Colonias, cumplieron dos años y lo celebraron con una subasta en la que -como viene ocurriendo a nivel nacional- se notó la influencia de la demanda china en los precios de las vacas. La presencia de las más altas autoridades a nivel nacional de la cooperativa, con el presidente Jorge Petetta como figura máxima, así como de la presidente comunal Beatriz Mangini, le dieron relevancia al evento, que además contó con muy buen marco de asistentes.

Con el martillo de Diego Scotta, responsable de la división hacienda del Centro Cooperativo Primario Humboldt de AFA, salieron a pista 650 cabezas, entre abasto e invernada, de unos 40 remitentes de la zona. Esta respuesta, “nos da un pantallazo del nivel de productores que tenemos y del nivel de aceptación de la cooperativa, porque estamos con los chicos y los grandes, a la par de las necesidades de cada uno”, dijo Scotta.

Al final de la jornada, las vacas gordas arrojaron un promedio de $ 40 a $ 46 con un tope de $ 47; la manufactura entre 37 y 40; y la conserva de 27 a 32. “El remate fue ágil, con muy buena demanda sobre todo para las vacas, que hoy son la vedette del mercado por incidencia del boom chino; y el resto estuvo animado tanto en el gordo como la invernada”, sostuvo el martillero. La grilla se completó con novillos de consumo entre $ 60 y $ 65, novillos pesados (entre 25 y 30) $ 58; invernada: color $ 60 a $ 67 y hembras $ 58 a $ 60; holando $ 42 a $ 47; y toros $ 45 a $ 48.

“Hoy el factor China es el potenciador del negocio; con altos valores para las vacas, que antes estaba muy castigada; al tambero le sirve porque le saca un rédito económico muy importante”. Sobre todo -remarcó- a la hora de hacer el balance de eficiencia de esa vaca. “Hoy está sacando entre $ 10.000 y $ 20.000; y si vemos que hoy una vaca de tambos vale entre 50.000 y 70.000, recuperar 20.000 después de haber cumplido un ciclo con 5 o 6 crías más todos los litros de leche termina siendo un recupero muy importante”.

Respecto de la hacienda para abasto, Scotta indicó que está bien pero sufriendo la caída del poder adquisitivo del consumidor. “Está la frenada por el efecto del bolsillo” a raíz del encarecimiento de la carne y el crecimiento de sustitutos como el cerdo y el pollo.

“La verdad que la cooperativa lo pensó más de una vez antes de venir a Providencia; lo veíamos como un buen desafío; así fue y hoy estamos muy satisfechos y contentos por la respuesta de los productores”, declaró el presidente de AFA Jorge Petetta a Campolitoral al evaluar el resultado de la feria a dos años de su apertura. Además, si bien el corazón de la cooperativa es la agricultura, el dirigente puso especial énfasis en la ganadería: “desde hace 6 o 7 años vemos que hay que recuperar la chacra mixta, que en muchas zonas se ha perdido”. Este objetivo apunta -afirmó- a fortalecer al productor, diversificando riesgo. “Mirando las cuentas corrientes, un asociado con vacunos o cerdos siempre tiene más defensas que quien hace sólo granos”, dijo, y sumó que también es muy valioso para generar trabajo local “desde el tractorista que siembra la pastura hasta el transportista que transporta medias reses”.

En Providencia los productores tienen ese perfil y la cooperativa desembarcó no sólo con la feria sino también con un despacho de insumos y una veterinaria. “La idea es plantear una unidad de negocios que sea amplia y no sectorizada en ganadería o insumos, sino algo integral”, explicó Scotta, que trabaja junto al ingeniero Martin Meyer.

En la feria se realiza un remate mixto mensual -primer miércoles de cada mes- pero la idea es “achicar las secuencias”, dijo Scotta, para hacerlos más seguido y apuntar a ampliar la zona. También realizarán su segundo remate de genética el 31 de julio próximo con la Cabaña El Mataco de la Familia Cursack.

Por Juan Manuel Fernández