Campo

Dos familias, dos maneras de producir leche y los mismos reclamos

El ministro de la Producción, Daniel Costamagna, recorrió este jueves la principal zona productiva lechera y en diálogo con quienes la desarrollan visualizó las necesidades fundamentales de un sector de absoluto arraigo.

Egusquiza es una localidad del corazón de la cuenca lechera que tiene 500 habitantes y 24 tambos, sobre 29 empresas agropecuarias en 12.500 hectáreas. Hablar de producción es lo cotidiano, pero también las preocupaciones del sector son parte de la charla de cada día.

El ministro de la Producción de Santa Fe, Daniel Costamagna, acompañado por el director provincial de Lechería, Med. Vet. Abel Zenklusen, desarrollaron una agenda para acercarse a las necesidades del sector.

El recorrido empezó en la cabaña Don Francisco, de la familia Lungo, donde el objetivo de trabajo es “diversificar y crecer en todas las escalas, maximizar el negocio lechero”.

En lo que fue un desayuno informal bajo un sauce, Oscar y María Teresa, junto a sus hijos, Adrián, Luciano y Nicolás, además de los nietos y la presidente comunal de Egusquiza, hablaron con las visitas sobre el negocio lechero, que más allá de la producción de materia prima, también abarca en la explotación a la carne, granos y por supuesto la genética en una de las cabañas más reconocidas de la raza Holando Argentino, donde también viven cuatro familias.

“Estamos trabajando en un proyecto para instalar en un biodigestor, pero para eso se necesita financiamiento a largo plazo”, comenzaron explicando, sumado a otra iniciativa que ahora está en evaluación y fuera presentada a la Nación, para la financiación de hasta el 80 por ciento de la instalación de tanques y paneles solares para generar la energía que necesita el tambo para su funcionamiento con autoabastecimiento, el cual también aportaría el excedente de la generación al programa Prosumidores de la EPE de Santa Fe.

En este sentido, Costamagna habló de generar “inversiones significativas con devoluciones muy a largo plazo”, apostando a la “economía del conocimiento, ya que además de adherir a la ley nacional, saldrá en las próximas semanas una línea de apoyo para estos proyectos”.

Se repasó el tema de aplicación de fitosanitarios, la capacitación que hace la provincia a los veedores municipales y comunales y la base científica-tecnológica que el Ministro sugiere para el tratamiento del tema, para evitar dejar improductivas a tierras donde se produce leche, granos, cerelaes y carnes, sin desproteger a la salud.

“Los tambos para sostenerse tienen que crecer, evolucionar, para tener más carga de vacas por hectárea y producción, pero para eso necesitamos una red caminera acorde para trasladar tranquilamente la leche”, porque con condiciones favorables, “el buen productor va a hacer lo suyo”, dijo Oscar Lungo.

Los funcionarios comentaron que se está trabajando ya en los seis primeros proyectos, tres en el departamento Castellanos y tres en Las Colonias, con los que se hará un ripiado de cien kilometros en total, para poder favorecer la accesibilidad de los campos a las rutas. Zenklusen explicó que la provincia hace un aporte no reintegrable en materiales y son los consorcios camineros y las comunas las que deben aportar el trabajo.

Don Francisco trabaja 1.400 hectareas, con algunos lotes a porcentaje y 180 propias, pero que también la SRL le alquila al padre de la familia. Tienen tres tambos, el más pequeño para los animales de la cabaña, con una dieta especial, otro estabulado con 326 vacas en ordeño, con 31 litros en promedio, que está cerrado con piquetes al aire libre y media sombra tradicional, un sistema adoptado para conseguir más productividad por hectárea.

Además suman otro tambo en la localidad de Marini, con 70 vacas bajo autoconsumo y balanceado. Los dos sistemas funcionan bien, cada uno con su particularidad y suman diariamente 11 mil litros de materia prima que sí o sí deben entregarse cada día a la industria. Sin embargo, “los margenes son muy justos en este momento”, teniendo en cuenta que la dieta y el balanceado se complementan con harina de soja, cascara de soja y semillas de algodón, todos productos que están cerca de duplicar su valor en dólares, moneda sobre la que se calculan todos los costos de insumos y servicios, entre marzo y noviembre, mientras que la leche se paga 24 centavos de dólar por litro de leche. Eso equivale a 19,50 pesos por litro, valor que debería estar en 23 o 24 pesos.

“Uno no puede manejar la dieta con el bolsillo, porque no se puede lograr productividad con el cambio constante de sistema”, explicó Nicolás Lungo, sin embargo “el golazo estaría en lograr el pago por calidad”, teniendo en cuenta que su producción oscila entre 4,2 y 3,9 por ciento de grasa. Mejorar la forma de pagar la leche “ sin dudas pueda ser un paso más para que la informalidad desaparezca” y así la cadena se expanda.

El tema está en la agenda de Abel Zenklusen, junto con la Nación, intentando llegar a un acuerdo técnico del sistema que contemplaría a grasa y proteína como sólidos totales y “la calidad no se negocia”, en cuanto a condiciones de bacterias y células somáticas. La intención oficial es mejorar las condiciones de la cadena, pero sobre todo combatir la informalidad, que se da en mayor medida en empresas pyme.

Los productores remarcaron que también hay que avanzar en el control y contrastación de muestras, para que el pago sea equitativo para el último eslabón de la cadena lechera.

En San Antonio

A unos 30 kilómetros, entre San Antonio y Estación Saguier, el Establecimiento Santa Catalina también recibió por primera vez a un Ministro. Mauro, Jorge y Edgardo Lovera, junto a sus familias dieron un detalle de lo que es una explotación con absoluto arraigo y que da trabajo directo y sustento a 20 personas, incluyendo también a otra hermana.

Uno solo de los tres vive en el pueblo y es quien cada madrugada llega al campo para ordeñar, mientras que a la tarde se turnan los tres matrimonios para hacer el trabajo. Los padres y dos hermanos residen en el campo, uno de ellos está estrenando una casa nueva y apuestan a quedarse en la ruralidad, a pesar de tener cinco kilómetros de tierra, o barro, según las condiciones climáticas hasta llegar a un arenado que los deposite con seguridad sobre la ruta provincial 70, hacia el sur.

Acompañados por Mauro Previotto, el presidente comunal de San Antonio le contaron a Costamagna que “cuando tuvimos tambero los numeros no dieron para que todos podamos vivir del tambo”. Entre 2015 y este verano pasado esta tercerización del trabajo, con inundaciones en el medio entre 2016 y 2018, hacían que los 1.200 litros no alcanzaran y ahora consiguieron recuperarse, en un año con buenas reservas. “Volvimos nosotros y nos recuperamos. Nos va costando, pero estamos volviendo a encaminarnos, hay que pelearla”, explicaron en la galería de la casa principal que tiene el campo.

Hoy tienen a 210 vacas en ordeño, que dan 4.500 litros por día, contando 80 hectáreas arrendadas dentro de las 360 que tiene en explotación, criando las vaquillonas para el tambo y los novillos los terminan de en un campo compartido por cuatro socios para la recría en Presidente Roca.

Con pastura y silo de alfalfa picada mantuvieron durante el invierno a las vacas, porque con la sequía los maíces vienen lentos y complicarán la producción del año próximo, para la cual sólo contratan los servicios de picado y cosecha.

El Ministro Costamagna les dijo que hará lo posible para que los tres tambos que están sobre el camino central accedan al ripiado para subsistir, teniendo en cuenta el dato que Mauro Previotto, el titular de la comuna le aportó, ya que en esa zona hay tres de los siete tambos que sobreviven en San Antonio, de los 30 que supieron tener.

“Hay días en los que uno se acobarda, pero sabemos que tenemos que pelearla con la leche y la agricultura”, se sinceró uno de los hermanos, al entrar al tambo, que tiene una sala de ordeño con fosa, 12 bajadas en espina de pescado, retiradores y comederos automáticos, un equipo de frío de 12 mil litros que les resguarda algo más de un día de trabajo, un silo y una moledora que llena los 24 racionadores, con maíz partido, en una transformación directa de granos a leche.
Si bien no pudieron evitar mencionar los problemas del precio, ya que “quedamos muy atrasados otra vez porque el precio del dolar se fue a las nubes y el de la leche se estancó”, estos hombres reconocen que “las compañeras son fundamentales para no abandonar”.

Sin escalas y llegando a Susana, sobre la Ruta Nacional 34, los funcionarios visitaron a la familia Alquatti, para conocer el primer biodigestor nacional instalado en un tambo y más tarde fueron recibidos en SanCor CUL, Sunchales.

 

Por Elida Thiery (Agrofy News)