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En comparación con otros países, la carne vacuna argentina sigue siendo la más barata

Mientras en el nivel local el valor es de 3,70 dólares por kilo, en el resto del mundo el precio promedio de este producto al público es de 14,50 dólares por kilo.

Más allá de los vaivenes de precios de los últimos días, la carne vacuna argentina sigue siendo la más barata del mundo. Según el portal Global Product Price, que recaba información de 79 países, el precio promedio de este producto al público en el mundo es de 14,50 dólares por kilo. Los valores más altos son US$63 por kilo en Suiza y US$58 en Hong Kong, para caer a US$19 en Estados Unidos; US$18 en China, España e Israel; US$16 en Australia; US$9,60 en Uruguay, y a US$9 en Brasil. La Argentina tiene el valor más bajo, con US$3,70 por kilo.

Independientemente de estas comparaciones, que muestran la eficiencia del sistema productivo argentino al trabajar con valores tan bajos, los analistas comienzan a evaluar el impacto de las recientes medidas económicas anunciadas por el ministro de Economía, Luis Caputo.

Por un lado, “la devaluación mejora la competitividad de la exportación de carnes argentinas, pero los precios del kilo en gancho todavía están por encima de los valores de Brasil y de Uruguay”, observa Ignacio Iriarte, director de informe Ganadero. Sucede que “subió mucho el dólar oficial, pero más subió la hacienda en diciembre”, aclara el consultor.

Consumo deprimido

Por otro lado, hay riesgo de que el precio del novillo se estanque en las próximas semanas y que haya una fuerte suba de los insumos ganaderos por la inflación. En ese escenario, el maíz ocuparía un lugar preocupante para los engordadores y también habrá que ver qué pasa con el ternero para invernada. “Nos acercamos a la zafra, pero con menor oferta que otros años por la seca y porque los criadores retendrán todo lo que puedan ante un contexto inflacionario”, proyecta el analista.

El otro riesgo es una fuerte caída del poder adquisitivo de la población, a partir de los aumentos de los servicios públicos (tarifas de luz, gas y de agua) y de los servicios privados (medicina, educación, etcétera), que restarán ingresos para la compra de carne vacuna. El parate ya se verificó en diciembre, cuando la población les puso un límite a las subas en el Mercado Agroganadero de Cañuelas.

Como siempre indican los técnicos, ante un panorama complejo “tranqueras afuera”, los productores deberán poner el foco en su área de influencia y buscar la máxima eficiencia en su sistema productivo y en las decisiones comerciales y financieras.

 

 

Por Carlos Marin Moreno