¿Adiós a las retenciones del agro?

A partir del 10 de diciembre, el nuevo Gobierno enfrentará una situación más que compleja referida al agro, tanto interna como externa. A partir de esto, los dos candidatos proponen eliminar los derechos de exportación, salvo los dirigidos al complejo sojero.
Antes de que asuma el nuevo Gobierno, hay que recordar todas las problemáticas con las que se va a encontrar con relación al agro, más teniendo en cuenta las nuevas políticas que quieren imponer los candidatos.
Por un lado, respecto al ámbito externo, el rezago cambiario no podrá sostenerse más tiempo por la escasez de dólares. Y no sólo eso, las reservas internacionales en dólares de libre disponibilidad, para el 10 de diciembre, apenas llegarán a u$s 10.000 millones. El problema se agrava por la precaria situación fiscal, plasmada en un déficit de aproximadamente cinco puntos del PBI.
A su vez, la economía de China, como gran importador mundial de commodities y, por ende, formador de precios agrícolas a través de la demanda, continúa ralentizándose. Sin embargo, sus autoridades hablan de un crecimiento anual en torno al 7% pero las expectativas generales no coinciden con tal ratio porque experimentará una tasa mucho menor.
El otro gran factor externo proviene de Brasil que está atravesando un impresionante shock devaluatorio, en torno al 70% anual, con un fuerte aumento de la tasa de interés.
Con tal cuadro, el nuevo Gobierno enfrentará una crisis cambiaria que impondrá la necesidad de un importante flujo de inversiones mediante la negociación con los fondos y el regreso a las normas internacionales.
Gradualismo vs Shock
A partir de toda esta situación, los dos candidatos hoy hablan de gradualismo, pero no será fácil de abordar, por lo tanto, lo más probable es que el shock supere al gradualismo.
Obviamente, una devaluación eleva la rentabilidad del agro y de las economías regionales, y genera dólares frescos para el país. En definitiva, los granos retenidos, fundamentalmente los de la soja, pueden salir con facilidad a partir de diciembre próximo. Además, la propia urgencia en aumentar las exportaciones debería flexibilizar -si no eliminar, para el caso de Macri- las restricciones al comercio. La posibilidad no sólo es positiva para el maíz y el trigo, también lo es para la carne vacuna.
De esta manera, los candidatos a la presidencia argentina, proponen eliminar los derechos de exportación, salvo los dirigidos al complejo sojero, a fin de elevar la competitividad externa. Sin embargo, es difícil que se produzca esto ya que cuando se produce un shock devaluatorio, urge amortiguar las subas de precios de los alimentos y elevar los ingresos públicos para establecer programas de ayuda social que disminuyan la distribución regresiva. Y estos programas ya están.