Campo

Un futuro mejor nos merecemos…

Los jóvenes del campo llamaron la atención del presidente Macri esta semana. Sus historias reflejan el contraste de la actividad hoy en el país. Por un lado, el Presidente compartió en su cuenta de Facebook, espacio fundamental para la comunicación de Cambiemos, el video que grabó en su celular Lautaro Sarmiento en el medio de las tremendas lluvias del fin de semana. Lautaro, de 20 años, padre de tres hijos, es ayudante de un tambo en Gálvez, provincia de Santa Fe, donde en pocos días cayeron 320 milímetros.

En su conmovedor mensaje le quiso contar al país “cómo es el sacrificio de la gente de campo”. En el video, que se había hecho viral en las redes sociales, se lo ve a Lautaro arriba del caballo, rodeado de agua, tratando de llevar las vacas a un lugar seguro.

Una vida de esfuerzo y trabajo

El otro contacto que tuvo Macri con los jóvenes del campo fue durante el premio al Emprendedor del Año, un concurso organizado por el Ministerio de Producción y Trabajo. El ganador fue una empresa del agro, Klimo, de origen cordobés, que creó una plataforma para el manejo de riego en agricultura intensiva y extensiva. Con información satelital y el manejo de big data, Klimo monitorea entre el 5 y el 7% de la superficie con riego en el país y trabaja en Chile, Paraguay y Estados Unidos.

El premio le servirá para competir en el Global Entrepreneurship Congress 2019 (GEC2019) que se realizará en la ciudad de Manama, Bahrein, del 15 al 18 de abril del año próximo con emprendedores de todo el mundo. En el acto de entrega de la distinción, Macri le pidió a Jairo Trad, uno de los jóvenes fundadores de Klimo, que “siga impulsando el campo argentino y exportando valor agregado”.

Las realidades cotidianas de Lautaro y de Jairo son diferentes, pero expresan valores muy presentes en el agro, que sostienen el país: el esfuerzo, el trabajo, la inteligencia, la innovación y la capacidad para enfrentar las adversidades. Y es para destacar que el presidente Macri haya puesto en el primer plano sus historias. Sin embargo, el futuro de ambos jóvenes no será lo que promete si no hay un andamiaje institucional, económico, social y político que termine con las crisis recurrentes en las que cae el país.

En la misma semana que el Macri ponderó a dos jóvenes del campo se aprobó el Presupuesto que cristaliza una situación recurrente en la historia argentina: los desajustes del Estado los termina pagando el sector privado. En el caso del agro hubo una clara marcha atrás al reimplantarse los derechos de exportación para aquellos productos que se habían llevado a cero y aumentarlos a la soja y sus derivados, que habían entrado en un sendero de reducción.

El argumento de que con la devaluación se mejoró la competitividad es relativo porque el resto de los precios se acomoda en una misma dirección con el paso del tiempo. Y, además, cuando vienen las retenciones son para quedarse, no para irse. Las consecuencias de ese error se pagarán en 2019 y en 2020, según advirtió un reciente documento de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires .

“Para la suma de las campañas 2018/19 y 2019/20 el Producto Bruto Agroindustrial sufriría una disminución de 2762 millones de dólares”, estimó el documento. ¿Quién gana con el cambio? No hay que ser muy adivino: el Estado. Según calculó el trabajo, antes del decreto de principios de septiembre pasado, el fisco iba a recaudar por todo tipo de impuestos a los principales cultivos agrícolas US$8355 millones de dólares, de la campaña 2019/2020. Con el incremento de los derechos de exportación, podría llegar a embolsar 26% más, unos US$10.555 millones.

En comparación con el escenario pre-decreto, el fisco duplicará la recaudación en tributos distorsivos como los derechos de exportación y los disminuirá respecto de los racionales como Ganancias. A ese ejercicio a nivel nacional habría que incluir los aumentos impositivos de las provincias que, todo parece indicar, serán mayores que las rebajas propuestas en ingresos brutos. En Buenos Aires y en Córdoba se anunciaron subas promedio de 38% en el impuesto inmobiliario rural para 2019. Claro, los funcionarios siempre tienen una explicación a mano: la inflación de 2018 terminará en 40% o más. Las malas ideas se repiten. En vez de bajar impuestos para incentivar la inversión de la actividad privada se los aumenta. Quizás alguna vez se piense en una receta diferente.

Por Cristian Mira