Marzo no será un mes mas en el plano político y económico nacional. El país vuelve de las “vacaciones” y se activan los problemas que surgen en cada inicio de año.

Primera cuestión: las paritarias, los gremios no se contentarán con subas por debajo del 35% o 40%, eso traerá los clásicos conflictos de marzo: paros docentes, del gremio de camioneros y de empleados públicos, entre otros. Este año los trabajadores tienen la ventaja de negociar en un periodo electoral, por lo cual puede que se logren acuerdos rápidamente dado que ningún político oficialista querrá comenzar el año con un paro. Como contrapartida, más pesos en la calle seguirán engrosando los índices inflacionarios. La caída de la actividad industrial, de 2,1% en enero y un acumulando de 18 meses de bajas no es nada alentador para la economía. La misma se debe en parte a la falta de insumos por restricciones a las importaciones y al atraso cambiario del peso, que combinadas generan perdida de mercados y de puestos de trabajo.

El panorama económico no cambiará mucho hasta fin de año, el gobierno parece haber puesto el piloto automático y hace muy pocos esfuerzos para reactivar la actividad económica. Solamente los PROCREAR le da aliento a la construcción y no permiten que la caída económica sea más abultada.

Párrafo aparte merece la aprobación en el Congreso del acuerdo con China. La potencia asiática desembarcara con inversiones en nuestro país, con condiciones de cesión de contratos y licitaciones públicas preferenciales. La oposición plantea inconvenientes de soberanía nacional… creo que el problema no es el acuerdo en sí, ni China; el inconveniente es nuestra clase política que seguramente ya ha trazado negocios paralelos a costa de nuestro país, al mejor estilo Lázaro Báez.
En cuanto al plano regional, las últimas lluvias complicaron el panorama de los productores tamberos. En la zona las lluvias superaron los 200 milímetros dificultando el normal desempeño de la actividad. Además las vertientes están altas y el agua tarda más de lo normal en escurrir. Hay que recordar que muchos productores sufrieron inclemencias climáticas el año pasado y se venían recuperando, esto traerá más problemas. A esto le sumamos la caída del precio de la leche (que por lo menos parece que no bajará el mes próximo) y costos crecientes, los tamberos tendrán que monitorear bien sus estructuras de costos para no incurrir en perdidas. Otros que tendrán que hacer la misma tarea son los “sojeros”, esta campaña viene bien en la parte productiva, donde la mayor parte de la superficie implantada tiene una evolución favorable, por lo cual se prevé que haya rindes récords.

Por otro lado, la cotización de la soja gana algunos dólares en Chicago ubicándose a fines de Febrero en u$d 379, pero el tipo de cambio se mantiene estable (y lo estará hasta las elecciones) y con costos crecientes el negocio va achicando su rentabilidad de campaña a campaña. Para cerrar el cuadro agropecuario tenemos al trigo, que con precios pisados por el cierre de exportaciones, obliga al productor a vender el cereal a un precio inferior en más de un 50% a los valores de cotización internacional.

Para completar, los que compran a esos precios son los grandes exportadores quienes están acopiando para luego revenderlos a precios más convenientes cuando el gobierno vuelva a liberar las exportaciones. Pasándolo en claro, un robo al productor, una vergüenza.

CPN FEDERICO SALZMANN